La Prensa 26/01/2022
A partir de enero próximo, como todos los años, se comenzará a revisar el salario mínimo de nueve actividades económicas del país, que regirá del 1 de marzo de 2022 en adelante. Los sindicalistas desde ya se frotan las manos. Afirman que su solicitud en la mesa negociadora girará en torno a un reajuste mayor del 15 por ciento.
La propuesta, según el secretario de la Confederación de Trabajadores de Zonas Francas (CST-ZF), Pedro Ortega, se basará en el hecho de que el Banco Central de Nicaragua (BCN) ha reportado que varios sectores económicos están registrando crecimiento, al igual que el indicador de la inflación, que son los que se toman en cuenta para definir la paga mínima.
“Estamos analizando la situación de que ha habido bonanza para muchos sectores económicos, especialmente el agropecuario y la minería, también el comercio se ha reactivado”, aseveró Ortega.
“Las cifras están diciendo que hay crecimiento y uno muy robusto, y también hay una inflación moderada. Entonces, tomando en cuenta esas dos referencias, vamos a proponer para el próximo año una propuesta salarial, de acuerdo a la misma ley, que sea superior al 15 por ciento, para todos los sectores”, sostuvo.
Crecimiento de entre 7.5 y 9.5 por ciento
Efectivamente, el BCN afirmó que entre enero y septiembre de este año el Producto Interno Bruto (PIB) se expandió 9.9 por ciento, registrando un promedio de 6.7 por ciento en los últimos 12 meses.
Con base en esos datos, el BCN ahora pronostica un crecimiento económico de entre 7.5 y 9.5 por ciento en 2021.
Mientras tanto, la estimación oficial de la inflación para este año pasó de entre 5 y 6 por ciento a un pronóstico de entre 6 y 7 por ciento, un fenómeno que se está viviendo en la economía mundial debido a los problemas de logísticas y aumento del petróleo y sus derivados.
Esa actualización se realizó luego de que el máximo emisor bancario observó el comportamiento de todos los sectores y con base a los resultados de la actividad económica hasta septiembre, indicó Ovidio Reyes, presidente del BCN.
Crecimiento no es sostenido, según economistas
Economistas consultados por LA PRENSA han coincidido en varias ocasiones que el crecimiento económico que estarían experimentando varios sectores económicos y el indicador de inflación responden al llamado “efecto rebote” de la economía y que por lo tanto no es sostenido.
Han explicado que los cálculos se están realizando con base en los resultados económicos obtenidos después de tres años de recesión económica, más el impacto, en 2020, de la pandemia de la covid-19, por lo que la expansión de la economía no es del todo real. Para el 2022, el BCN estimó un crecimiento económico de entre 3.5 y 4.5 por ciento y una inflación de entre 2.5 y 3.5 por ciento.
“El próximo año la economía no va a subir, a pesar de que pueda crecer este año al 7 (o nueve) por ciento, como dice el Banco Central, pero esa es una tasa de rebote. Este año, la economía no va a crecer al nivel del 2017, un año antes de que estallara la crisis sociopolítica”, aclaró uno de los economistas que prefirió ocultar su identidad por temor a represalia.
Más problemas e incertidumbre para empresariado
Las votaciones del pasado 7 de noviembre, deslegitimadas por la comunidad internacional, las represalias, incluyendo al sector privado afín al régimen de las últimas semanas, y los movimientos que ha hecho la dictadura en los últimos meses en el campo internacional, suponen un futuro “sombrío” e incierto para el empresariado, según economistas.
El panorama es “bastante sombrío, no solo para los empresarios, sino también para la población en general”, opinó un economista y consultor externo, que prefirió el anonimato por temor a represalias. El principal elemento al que se va a enfrentar el empresariado es la incertidumbre, afirmó.
“¿Qué genera la incertidumbre para el sector empresarial? en primer lugar, indecisión a la hora de invertir o ampliar sus negocios”, mencionó.
“Un empresario no puede invertir cuando hay una situación política de riesgo, como la que se está presentando (en Nicaragua). No sabemos qué es lo que va a pasar, incluso, ya sabemos que la pandemia de la covid-19 va a tener continuidad, pero no sabemos el contexto político sobre el cual se va a manejar el país. También eso influye en el flujo de entrada de capital a Nicaragua”, expresó
A criterio del economista, el único elemento del que va a estar dependiendo el país, en gran medida, son las remesas, “porque la gente se está yendo del país”.
Según el Banco Central, entre enero y noviembre del corriente, los envíos de dinero de nicaragüenses que viven en el exterior totalizaron 1,933.2 millones de dólares, cifra que supera a los 1,851.4 millones de dólares recibidos en 2020.
En cambio, el economista prevé que “las exportaciones se van a sostener dentro del marco de las inversiones que existen actualmente”, al no percibirse que habrá mayores inversiones en el sector exportador de las que hoy existen. “Ese es un panorama bastante difícil para un país”, aseguró.
Mencionó la presión que está ejerciendo Estados Unidos para que las multilaterales no desembolsen fondos a Nicaragua, en el marco de la Ley Nica Act, lo que a su criterio es “bien grave”, porque “genera mayor incertidumbre al sector empresarial”.
Relación con China
El economista indicó que otro elemento que genera incertidumbre al sector empresarial es la reciente alianza que estableció el régimen de Ortega con China, mientras en paralelo empeora su relación con Estados Unidos.
“Cambiar el rumbo de la economía de este país, de su contexto histórico natural que es Estados Unidos, a un contexto como es China es casi imposible, porque todo el enfoque de nuestra economía, a excepción de los años 80, ha sido hacia el país norteamericano. Nicaragua es una buena plataforma para poder acceder al mercado estadounidense, a través de las zonas francas, gran cantidad de inversionistas buscan a Nicaragua para poder exportar, porque ofrece una excelente posición geográfica”, señaló.
También indicó que otro elemento a tomar en cuenta es la presión inflacionaria. “Aunque la inflación pueda estar controlada, el costo del capital va a ser más elevado porque sencillamente las tasas de interés van a subir en Nicaragua. Las tasas de interés más el riesgo país provocarán que conseguir plata por parte de Nicaragua, desde el punto de vista no concesional, sea más costoso”.
El economista añadió que el Gobierno ha venido ampliando su base fiscal, pero un problema que aún es latente es que la generación de empleo formal. Esta es “relativamente modesta”, aseveró el economista. Según el BCN, hasta noviembre de este año el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) tenía en su base de afiliados a 774,404 asegurados, cifra 15.2 por ciento inferior a la observada en 2017, cuando había 914,196.
“Al no haber una ampliación de la base del empleo formal, esto implica que lo que se va a crear va a ser más empleo informal y la informalidad no genera impuestos al Gobierno, ni recursos al INSS. Entonces, el Gobierno siempre va a estar con esa presión enorme del hoyo financiero que tiene por parte del INSS”, precisó.
¿Desaparición?
El analista político Eliseo Núñez afirmó recientemente que lo único que le falta a Ortega para sistematizar su poder total es el control del poder económico. “Ortega no consolidará totalmente su poder mientras más del 80 por ciento del empleo sea generado por la empresa privada. Sea micro, pequeña, mediana o gran empresa, y formal o informal, pero privada”, sostuvo.
Sin embargo, el analista indicó que, para conseguir dicho control, el régimen podría nacionalizar a las empresas o someterlas a sus designios; para desplazarlos y posteriormente sustituirlos por nuevos actores económicos dependientes del poder político de la familia Ortega Murillo.
“Creo que usará el segundo método. Ya que después del fracaso económico que provocó la nacionalización de las empresas, durante su primer mandato en los años 80, esa no es su mejor opción”, enfatizó.
Asimismo, indicó que en los próximos meses se observará el desarrollo de la estrategia para alcanzar dicha meta. “Aumentarán las presiones al sector empresarial mediante políticas fiscales y regulatorias. Y el alivio de estas será ofrecido, a cambio de la participación de los empresarios adeptos al régimen; ya sea como ´socios´ o como ´competidores amigables´ de la porción del mercado que posea la empresa víctima del chantaje institucional”, concluyó Núñez.
El ajuste salarial de 8.25% en zona franca
Recientemente, el Ministerio del Trabajo comunicó que, a partir del 1 de enero de 2022, los trabajadores del régimen de zona franca recibirán un incremento de 8.25 por ciento en su salario mínimo. Pero este sector tiene un acuerdo tripartito, firmado en 2017 con vencimiento en 2022, que establece ese ajuste fijo anualmente.
Específicamente, los 129,716 empleados distribuidos en 188 empresas de zonas francas que operan en el país, pasaran de recibir 6,926 córdobas – que ganan actualmente – a recibir 7,498.46 córdobas el próximo año. Es decir, ganarán 572.46 córdobas adicionales.