La Prensa 25/07/2022
El Sistema Financiero Nacional no ha recuperado la cantidad de sucursales y ventanillas que tenía en Nicaragua antes del estallido de la crisis sociopolítica. Por el contrario, sigue perdiendo, a un ritmo más lento que antes, pero sigue en descenso pese a la recuperación de la economía en el último, según muestran cifras del Banco Central de Nicaragua.
Desde marzo del 2018 y hasta lo que va del año, el sector se ha visto forzado a cerrar 167 establecimientos, uno de los cuales fue clausurado en el último año, muestran cifras oficiales. Esto contrasta también con la recuperación de los depósitos bancarios y los signos positivos que el crédito estaría empezando a dar, aunque aún tímidos.
Esta situación, a criterio de especialistas consultados por LA PRENSA, significa que el sector sigue reduciendo su nivel de bancarización y aumentando el desempleo en Nicaragua. Además, distancia los servicios bancarios en algunas zonas del territorio, afectando a la población.
En detalle, hasta marzo de 2018 – un mes antes de que estallara la crisis sociopolítica – funcionaban 612 sucursales y ventanillas bancarias en el territorio nacional, mismas que empleaban a 11,484 trabajadores. De estas, 267 estaban ubicadas en Managua y 345 en los departamentos.
En cambio, en mayo de este año, un total de 445 sucursales y ventanillas se encontraban operando en el país, con 8,788 trabajadores. De estas, 191 ubicadas en Managua y 254 en los departamentos.
Es decir que, desde marzo de 2018 hasta mayo del corriente, se reporta el cierre de 167 establecimientos, 76 menos en la capital y 91 menos en los departamentos.
Cabe mencionar que, si se compara lo observado en mayo de 2022 con lo registrado en el mismo periodo de 2021, este año el sector perdió uno de estos centros de atención, pero registra a 358 trabajadores más.
Además, con relación a diciembre de 2021, no se refleja un cambio en la cantidad de establecimiento de atención al cliente, solo se reporta un ligero incremento en cuanto al empleo de apenas el 0.8 por ciento.
¿Cómo afectan estos cierres?
La dificultad en la recuperación de establecimientos financieros golpea la atención a la población, sobre todo a las personas que no tienen acceso a internet y que difícilmente podrían hacer uso de la aplicación de banca en línea.
Además, en cuanto al desempleo en el sector, los números del máximo emisor bancario indican que desde marzo de 2018 se acumula la destrucción de 2,696 plazas en el Sistema Financiero Nacional.
El economista Marco Aurelio Peña explicó recientemente a LA PRENSA que una de las consecuencias inmediatas del cierre de estos establecimientos es el desempleo y señaló que otra implicación es que, al cerrar las sucursales y ventanillas, posiblemente habrá áreas que se compacten o fusionen y se cargará de más trabajo al personal que queda.
También expresó que el cierre de estos establecimientos perjudica a la población, puesto que ahora para hacer sus gestiones bancarias debe movilizarse más lejos y está más expuesta a robos.
En su momento también consideró que si verdaderamente el ritmo de expansión reflejara una reactivación económica sostenida, como aduce el Gobierno, “no tuvieran por qué cerrar, ante una expansión económica sostenida los bancos contratan más gente, abren más sucursales, más ventanillas, no lo contrario”.
“Nicaragua tiene una bancarización muy baja”
Otro economista atribuye la merma a otro elemento: el avance del uso de tecnología en los servicios. El también consultor externo, quien prefirió el anonimato por temor a represalias, señala que, aunque el sistema bancario en Nicaragua es muy tradicional, está avanzando en la aplicación de tecnología, pero aclaró que no lo estaba haciendo al mismo ritmo de otros países que se encuentran más avanzados en la materia.
El economista no cree que el cierre de los establecimientos sea porque “haya problemas de entrega de plata, o problemas de recursos, etcétera”, él lo atribuye a que “hay algunos bancos que ya están en procesos de modernización, al menos que alguno esté reduciendo su capacidad administrativa porque los costos se le están elevando”.
De hecho, destacó que el sistema financiero de Nicaragua está progresando en la utilización del internet, la que describe como una medida muy eficiente, porque le ahorra costos.
“Se observa el desarrollo que está teniendo la tecnología en el manejo de las finanzas de la bancarización y del sector financiero. La modernización del sistema financiero está llegando, hay un avance, no tanto como en otros países, pero hay un avance en la aplicación tecnológica para que accedan los clientes que tienen determinado grado de recursos y capacidad, y el tener menos ventanillas es un ahorro enorme que tiene el sistema bancario”, sostuvo.
Siguiendo esta línea, agregó que “todos los sistemas bancarios a nivel mundial se están modernizando en el uso de tecnología, eso significa que las inversiones que se han hecho en activos fijos como es poner ventanillas o algo por el estilo, es un costo adicional, entonces lo que han hecho en Nicaragua es venir reduciéndolo. Además, es importante mencionar que Nicaragua tiene una bancarización muy baja, es la más baja de Centroamérica”, precisó.
Comportamiento de los créditos
Pero más allá de eso, lo cierto es que las estadísticas del BCN revelan que hasta mayo del corriente los créditos sumaron 4,719 millones de dólares, 11.5 por ciento superior que lo contabilizado en el mismo mes de 2021 (4,230 millones). Es decir el crédito, uno de los principales negocios de los bancos, ha empezado a fluir, pero eso no ha animado a la banca a reabrir sus sucursales y ventanillas.
Asimismo, la entidad detalla que el monto acumulado en 2022 es mayor a lo registrado en mayo de 2020 (4,202 millones) y 2019 (4,665 millones), pero inferior a lo totalizado en el mismo mes de 2018 (5,980 millones).
El Banco Central, a través de su Informe del Sistema Bancario y Financieras referente a mayo de 2022, reveló que con relación a la evolución del crédito por sector los que presentaron mayores tasas de crecimiento interanual fueron el personal (17.7 por ciento), industrial (16.6 por ciento), tarjetas de crédito (14.5 por ciento), y comercial (11.8 por ciento).
“Por su parte, el crédito hipotecario, si bien presentó estabilidad con respecto a abril, todavía registró tasas interanuales negativas (-2.1 por ciento)”, se lee en el documento.
Depósitos crecen 13.5 por ciento
En contraste con el crecimiento del crédito, los depósitos bancarios reflejaron una recuperación un poco más sólida. Los números oficiales señalan que hasta el quinto mes de 2022 el saldo de depósitos ascendía a 6,297 millones de dólares, cifra superior en un 11.2 por ciento a lo contabilizado en el mismo lapso de 2021 (5,658 millones).