LA VOZ DEL SANDINISMO | 14/12/2021

El Presidente de Nicaragua, Comandante Daniel Ortega, denunció en la XX Cumbre del ALBA-TCP que se celebra en La Habana, Cuba, que en estos días con la pandemia que azota al mundo está la otra pandemia que es el capitalismo salvaje, el imperialismo, que levanta la bandera de la democracia y en el nombre de la democracia asesina a los pueblos, destruye naciones y Estados y provoca el caos.  

En este sentido, denunció la acción desestabilizadora, terrorista e interventora de los Estados Unidos, Europa y la OTAN, en territorios tan distantes de América Latina como África, y particularmente en países como Libia, donde asesinaron a su líder en nombre de la democracia.

Al respecto, se refirió al terrorismo de Estado practicado por la OTAN contra la emigración africana hacia Europa, que ellos mismos provocaron con sus actos de terrorismo.

El Presidente Comandante Daniel Ortega precisó que esta misma situación se da en nuestra América latinoamericana y caribeña, donde sus migrantes han sido mano de obra fundamental, vital, para el crecimiento de la economía norteamericana.

Esa población migrante es la que va a hacer el trabajo que no hacen los ciudadanos norteamericanos, garantizan que los frutos no se descompongan, con sus manos aportan a los Estados Unidos y los persiguen por ser migrantes, resaltó.

Por otra parte, recordó las agresiones terroristas cometidas contra pueblos como el cubano, el de Venezuela, y propiamente contra Nicaragua, que fue robada y saqueada por los conquistadores españoles y británicos y después por los Estados Unidos, que estaban seguros que América es para los americanos, para los Estados Unidos, porque ven a esta zona como traspatio.

Esto es lo que explica tantas intervenciones yanquis, militares, expansionistas, que en Nicaragua encabezó William Walker, un racista que con la fuerza de la superioridad de armamento logró nombrarse presidente de Nicaragua y ser reconocido por el gobierno norteamericano, expresó.

En este sentido, enfatizó que solo sabiendo esta parte de la historia nicaragüense se puede entender el sentimiento antiyanqui, de antiimperialismo, que hay en Nicaragua, que no tiene sus orígenes en la Unión Soviética ni en la Revolución de Octubre sino desde mucho antes.

Mencionó al General Benjamín Zeledón, quien se puso al frente de la resistencia contra los yanquis en diferentes combates y cayó el mismo día de su cumpleaños. Una posición que fue asumida posteriormente por Sandino, quien consideraba a Zeledón el padre de la dignidad.

Cuando las tropas yanquis continuaron invadiendo nuestro país Sandino se levantó para defender la patria y su visión fue de expulsar a los invasores, manifestó.  

Luego Nicaragua vivió tiranías avaladas por los yanquis por más de 40 años, señaló.  

De ahí venimos nosotros, de esas batallas, de esas luchas, por eso quizás a algunos les cueste  entender por qué somos profundamente antiimperialistas, enfatizó.

Puntualizó que Nicaragua derrotó a Somoza, el último marine yanqui, y después de la Revolución el país debió seguir batallando contra el imperialismo y sus agresiones.