La Prensa 11/01/2023

Bancos y financieras tienen 164 sucursales y ventanillas menos en cinco años

Luego de dos años de caída de los créditos en Nicaragua, los bancos y financieras han reflejado desde 2021 una recuperación en la entrega de préstamos, tendencia que continuó en 2022, según datos oficiales acumulados a octubre reciente. 

Sin embargo, hay un sector que no levanta cabeza: el crédito hipotecario, que mantiene una tendencia decreciente desde 2019 hasta octubre 2022, según reflejan los indicadores financieros mensuales del Sistema Financiero Nacional que elabora el Banco Central de Nicaragua (BCN). 

De acuerdo con la Norma sobre Gestión de Riesgo Crediticio, emitida en 2008 por la Superintendencia de Bancos y Otras Instituciones Financieras (Siboif), los créditos hipotecarios para vivienda son los créditos otorgados a personas naturales para la adquisición, construcción, reparación, remodelación, ampliación, mejoramiento de viviendas, o adquisición de lotes con servicios, siempre que se encuentren amparados con garantía hipotecaria.  

Los datos del BCN reflejan que, a partir de 2019, la participación del crédito hipotecario respecto al total de la cartera ha venido disminuyendo, cuando pasó de 15.27 en 2018 a 12.25 por ciento a 2019. A partir de ese momento ha mantenido la tendencia hacia la baja, hasta ubicarse en 10.19 por ciento en octubre de 2022. 

Además del crédito hipotecario, los datos oficiales también muestran menor participación del crédito en la clasificación de la vivienda de interés social, cuyos datos son registrados a partir de 2019, año que cerró con una participación del 4.38 por ciento respecto al total de la cartera, cifra que ha venido reduciéndose año con año, hasta colocarse en 3.39 por ciento en octubre de 2022. 

Buscando la recuperación

Para un economista consultado, que solicitó la omisión de su nombre, en el país hay una recuperación de los depósitos y en menor grado de los créditos, esto porque luego de los altos niveles de mora y el incremento de la cartera en riesgo, ocurrido entre 2018 (por la crisis sociopolítica) y 2020 (por la pandemia de covid-19), fueron elevados. 

“En general parte del problema es que la cartera en riesgo y la misma mora alcanzaron montos extraordinarios. Vienen mejorando, pero es un proceso gradual. Así es como el crédito viene en recuperación, pero los segmentos más rentables y más importantes son los que están creciendo más en términos relativos y tiene que ver con la recuperación del consumo en parte alimentado por las remesas y el crecimiento de la economía que se ha venido experimentando”, explicó.  

Indicó que las hipotecas con el incremento en las tasas de interés es un mercado que se deprime porque es sensible a esas alzas. 

Según los datos del BCN, los préstamos a corto y largo plazo para el sector hipotecario están en moneda extranjera, y las tasas de interés activas ponderadas mensuales (para los préstamos), mantuvieron en 2022 una tendencia estable, hasta noviembre se ubicaron en 8.88 por ciento a corto plazo y 8.36 por ciento a largo plazo.

Otro sector que muestra una leve caída en los registros es el crédito agrícola, luego de traer una recuperación sostenida en seis años. 

Una fuente del sector agropecuario, bajo condición de anonimato, consideró que “a menos que sea un comportamiento estacional, no le veo sentido a esta disminución, porque no hay disminución en las áreas de siembra y hay buenos precios en los productos agrícolas. Hemos sabido que los bancos tienen buena disposición para el crédito”, indicó. 

Con esto coincidió el economista. “Con la agricultura asumiríamos que tiene que ver con la estacionalidad (época de menos requerimientos para la producción)”. 

Los datos oficiales muestran una recuperación en la cartera de créditos a partir de 2021, ubicándose en 140,894.62 millones de córdobas en octubre de 2022, superando los saldos de 2019, 2020 y 2021. 

Los más dinámicos 

Por otro lado, el crédito comercial y el crédito industrial reflejan una recuperación constante desde 2019. Es decir, estos están mostrando mayor facilidad en su aprobación en el Sistema Financiero nacional.

“Hay ciertos sectores especialmente favoreciéndose de los buenos precios de sus productos”, comentó el economista. 

Cabe señalar que, hasta octubre de 2022, el mayor porcentaje de créditos estaba clasificado por el comercial (38.22), seguido del personal (13.05 por ciento), industrial (12.50), hipotecario (10.19) y agrícola (9.77). 

El 16.27 restante se distribuye entre tarjeta de crédito, vivienda de interés social, vehículos, ganadero, extrafinanciamiento y adelanto de salarios, entre otros. 

El crédito personal también está mostrando un dinamismo en su aprobación, así como las tarjetas de crédito.

Mejoría en la calidad de la cartera 

Según la Norma sobre Gestión de Riesgo Crediticio, los activos, en dependencia de su riesgo, se clasifican en A (Riesgo normal, hasta 30 días de atraso), B (Riesgo potencial, de 31 a 60 días), C (Riesgo real, de 61 a 90 días), D (Dudosa recuperación, de 91 a 180) y E (Irrecuperables, más de 180 días). 

En dependencia del tipo de crédito y su nivel de riesgo se establece el porcentaje de provisiones, que es el monto que la institución financiera debe aportar para evitar efectos negativos frente a la no recuperación del crédito. 

En el caso de los microcréditos, la norma plantea otros plazos de atraso, que inician hasta los 15 días (Clasificación A) hasta más de 90 días de retraso (Clasificación E). 

Los datos del BCN muestran que desde 2020 la calidad de la cartera ha venido mejorando, aumentando el porcentaje de créditos clasificación A y disminuyendo el resto de segmentos, luego de la afectación sucedida entre 2018 y 2020. 

Empleos empiezan a crecer 

Tras una caída de 2,794 empleos entre 2018 y 2021, el sector ya empezó a ver datos positivos. El registro hasta octubre de 2022 muestra que en tres trimestres se habían logrado 621 nuevos puestos de trabajo, para un total de 9,337 empleados. 

Sin embargo, la cifra dista de los 11,510 empleados que indican los datos de 2017. 

Por otro lado, entre 2018 y hasta octubre de 2022, se han cerrado 164 sucursales y ventanillas, principalmente en los departamentos (93) y 73 en Managua. 

Los datos registran la actividad de los bancos privados que operan en Nicaragua: Banpro, Lafise Bancentro, BAC Credomatic, BDF, Banco Ficohsa, Avanz, Atlántida y Banco de Fomento, además del estatal Banco de Fomento a la Producción (Produzcamos) y dos financieras: Fama y FDL.