La Prensa 25/07/2024
Dos artículos publicados recientemente en este nuestro Diario de los Nicaragüenses sobre la canasta básica me motivaron a indagar un poco más sobre su relación con los salarios, por lo que comparto algunos datos:
1) En mayo, la canasta básica costaba 564 dólares, mientras que el salario mínimo promedio ponderado era de 233 dólares, o sea el 41 por ciento del costo de la cesta familiar.
Pero este promedio (como todos los promedios) contiene diferencias a su interior. Por ejemplo:
El salario mínimo en el sector agropecuario cubre apenas el 28 por ciento del costo de la canasta básica, mientras que los salarios mínimos en la minería, la construcción y los bancos cubren alrededor del 55 por ciento.
Pero estos dos últimos sectores apenas representan el 8 por ciento del ingreso nacional (PIB), versus el 15 por ciento del sector agropecuario.
Dentro de los componentes de la canasta básica (alimentos, usos del hogar y vestuario) el salario mínimo promedio cubre apenas el 57 por ciento de los gastos de alimentación.
Siendo de nuevo el sector agrícola el de menor cobertura con apenas el 38 por ciento, aunque puede que esto sea mitigado por la autosuficiencia de los hogares rurales. Ninguno de los salarios mínimos cubre ni siquiera los gastos de alimentación, ya no digamos el resto.

2) Por otra parte, el salario promedio en el sector de empleo formal (INSS) era de 408 dólares en mayo o sea el 72 por ciento del costo de la canasta básica, con diferencias similares a las que encontramos en el salario mínimo. Por ejemplo:
El salario en el sector agropecuario formal cubre apenas el 50 por ciento del costo de la canasta básica, mientras que los salarios en la minería, electricidad y agua lo superan.
Pero, de nuevo, los asalariados del sector agropecuario representan el 8 por ciento de los afilados al INSS, mientras que los otros dos sectores mencionados representan apenas el 1.8 por ciento de los afiliados.
Los salarios en los sectores de transporte y comunicaciones y financiero, que representan el 14.5 por ciento de los afiliados del INSS, se acercan al costo de la canasta básica cubriendo el 90 por ciento de esta.
Nuevamente, dentro de los componentes de la canasta básica el salario en el sector agrícola apenas cubre el 68 por ciento de los gastos de alimentación.
Pero, contrario a lo que pasa con el salario mínimo, el salario promedio en el sector formal cubre el ciento por ciento de los gastos de alimentación, pero aún así queda sin cubrir el 28 por ciento del resto de la canasta básica.

3) Pero los salarios en el sector formal no son representativos de los salarios en la economía, ya que el empleo formal es apenas 25 por ciento del empleo total.
La mayoría de los estudios a nivel de América Latina indican que los salarios en el sector informal son menores que en el sector formal. En nuestro caso no hay datos oficiales sobre estos, pero quienes los han analizado sugieren que son 15-30 por ciento menores que los del sector formal.
Una media, por lo tanto, sugeriría que el salario promedio mensual en el sector informal podría ser 315 dólares, lo que cubriría 56 por ciento del costo de la canasta básica y el 78 por ciento de los costos de alimentación.

4) Resumiendo; los salarios mensuales en Nicaragua solo cubren entre el 41 y el 72 por ciento del costo de la canasta básica, siendo posiblemente el más representativo el salario en el sector informal con una cobertura del 56 por ciento.
Por lo que las brechas de los salarios respecto al costo de la canasta básica van del 28 por ciento en el salario promedio del sector formal al 59 por ciento en el salario mínimo promedio.

5) Surge por lo tanto la pregunta de ¿cómo hace la mayoría de los hogares nicaragüenses para llenar estas brechas? Siguen algunas posibles explicaciones
Algunos hogares, que ojalá sean la minoría, puede que no las llenen y consumen menos de lo indicado por la canasta básica.
En otros, trabajan más de un adulto por familia, lo que compensaría la situación.
Por otra parte, una simulación sugiere que las remesas que actualmente rondan alrededor de 300 dólares mensuales por hogar podrían casi llenar la brecha en el caso de los salarios mínimos y superarla en los salarios informales y formales.

6) Aparte de estas posibles explicaciones, y tomando en cuenta los cambios demográficos del país, es necesario actualizar y evaluar la canasta básica en sus componentes (para asegurarse que representa las necesidades de calorías y preferencias actuales de consumo de los nicaragüenses), así como el número de personas por familia que puede haber variado, y diferenciar entre el costo de la canasta básica rural y urbana.
Insto por lo tanto a los buenos profesionales del Gobierno, que son muchos, a analizar a fondo estos temas con la mayor disponibilidad de datos que ellos/as tienen y luego publicar sus conclusiones.
7) Concluyo enfatizando que para eliminar estas brechas en forma permanente necesitamos mejor y más moderna educación, mejor institucionalidad y marco regulatorio, e incentivos y políticas que mejoren la productividad del país y de los trabajadores, todo lo cual conllevaría a mejores salarios y menor informalidad en el mercado laboral. Los datos se pueden comprobar en el BCN, Inide e INSS.
*El autor es bachiller del Colegio Centro América de Granada