La Prensa 03/09/2025
Pese a que el régimen de Daniel Ortega pregona que los precios de los alimentos y servicios este año han abaratado su acceso, sólo el 12.75 por ciento de los nicaragüenses asegura que puede cubrir el total del costo de la canasta básica, según resultados de una encuesta realizada por Hagamos Democracia, divulgados esta semana.
Y es que el problema radica en que la gran mayoría de los encuestados tiene ingresos paupérrimos. El 35.25 por ciento de estos tiene ingresos menores a los 7,000 córdobas y el 71.25 por ciento obtiene un salario que ni siquiera alcanza para cubrir la mitad del costo de la canasta básica.
Sólo el 28.75 por ciento reportó ingresos de 11,000 córdobas o más, de los cuales apenas un 66.08 por ciento logra cubrir sus gastos básicos.
Discurso oficial versus realidad
Y aunque cada semana la propaganda oficialista asegura que los precios en el mercado nacional están estables o se han abaratado, lo cierto es que el 65.50 por ciento de las personas encuestadas afirmó que el costo de esta ha aumentado considerablemente en relación con sus ingresos y sólo el 1.25 por ciento percibe que la misma sigue invariable. En tanto, el 33.25 por ciento cree que las alzas han sido moderadas.
Según el organismo, al comparar estos datos con la consulta del trimestre anterior, se observa una disminución de 8.5 puntos porcentuales en los encuestados que perciben que los costos han incrementado mucho (74 por ciento en abril de 2025, frente al 65.50 por ciento reflejado en julio de 2025), sin embargo, también bajó el porcentaje de personas que creen que los costos se han mantenido, de un 2.49 por ciento en abril a un 1.25 por ciento en julio.
Datos del Instituto Nacional de Información de Desarrollo (Inide), indican que hasta julio de este año el costo de la canasta básica se situaba en 20,549.67 córdobas, por debajo de los 21,019.41 córdobas que se costaba en igual mes del año pasado. Eso ha implicado, según datos oficiales, un abaratamiento de 470 córdobas en el periodo mencionado.
Los resultados de la encuesta se obtuvieron con base en entrevistas realizadas en julio pasado a través de llamadas directas por WhatsApp/Signal, en las cuales cada entrevistado completó un formulario de Google. Las consultas, la cuales contenían 45 preguntas, se realizaron a 400 personas, diez por cada uno de los municipios de Nicaragua.
«La mayoría de los encuestados percibe ingresos mínimos que resultan insuficientes para cubrir sus necesidades básicas mensuales. El incremento en la cantidad de personas en desempleo reflejado en esta consulta refleja un deterioro en su capacidad económica. En este sentido, el 77.25 por ciento de los consultados afirmó que sus ingresos no les permiten cubrir sus gastos mensuales y cotidianos, mientras que solo el 22.75 por ciento respondió que sí», indica el reporte.
En otras palabras, los nicaragüenses afrontan dificultad para adquirir alimentos, pagar servicios públicos y costear artículos de primera necesidad. Los bajos salarios no permiten a las personas cubrir sus propios gastos ni los de sus familias, advierte Hagamos Democracia.
«La calidad de vida de los ciudadanos se ha deteriorado, y el incremento en el desempleo y la informalidad según los resultados reflejados en las últimas encuestas representa una disminución significativa en la capacidad de cubrir las necesidades básicas mensuales de esta muestra», agrega.
Los nicaragüenses están afrontando la carestía de la vida con empleos precarios, debido a que el 66 por ciento no tiene un trabajo formal.
Los alimentos que más han subido
Pero ¿cuáles son los alimentos que los nicaragüenses sienten que han perdido capacidad para llevarlos a la mesa? Entre los productos que han registrado los mayores aumentos de precio, la carne es el más mencionado por los encuestados, con un 86.75 por ciento.
En segundo lugar, el 75.25 por ciento señaló los frijoles, seguido del aceite (67.75 por ciento), el queso (64.50 por ciento), la tortilla (42.25 por ciento) y, finalmente, el jabón y detergente (42 por ciento). «Estos datos reflejan la percepción generalizada de que los alimentos de consumo diario como el queso, los frijoles y las proteínas, son cada vez más inaccesibles, lo que afecta la seguridad alimentaria y el bienestar de la población», advierte Hagamos Democracia.
También los hogares se quejan por las alzas en otros alimentos como arroz, harina, ropa, calzado, azúcar, frutas, verduras, maíz, lácteos, medicinas, artículos de higiene personal y los útiles escolares.
«Es importante destacar que el encarecimiento de estos productos sigue una tendencia al alza sin que haya un incremento proporcional en los ingresos y salarios de los trabajadores nicaragüenses. Esta situación agrava la precariedad económica de las familias y dificulta aún más su acceso a bienes y servicios esenciales», indica el organismo en su informe.
«La gran mayoría de la población no puede adquirir la totalidad de los productos que componen la canasta básica, independientemente de si tienen empleo formal o trabajan por cuenta propia. Esto evidencia la insuficiencia de los salarios, la precariedad laboral y la brecha existente entre los ingresos de los trabajadores y el costo de los bienes esenciales», agrega.
Un alto porcentaje de la población nicaragüense vive en condiciones de vulnerabilidad y marginación, sin acceso a los productos básicos necesarios para una vida digna. Además, estos datos refuerzan la evidencia de la precarización laboral en Nicaragua y su vínculo directo con la creciente migración de ciudadanos en busca de mejores oportunidades, indica.
Y aunque cada semana la propaganda oficialista asegura que los precios en el mercado nacional están estables o se han abaratado, lo cierto es que el 65.50 por ciento de las personas encuestadas afirmó que el costo de esta ha aumentado considerablemente en relación con sus ingresos y sólo el 1.25 por ciento percibe que la misma sigue invariable. En tanto, el 33.25 por ciento cree que las alzas han sido moderadas.
Según el organismo, al comparar estos datos con la consulta del trimestre anterior, se observa una disminución de 8.5 puntos porcentuales en los encuestados que perciben que los costos han incrementado mucho (74 por ciento en abril de 2025, frente al 65.50 por ciento reflejado en julio de 2025), sin embargo, también bajó el porcentaje de personas que creen que los costos se han mantenido, de un 2.49 por ciento en abril a un 1.25 por ciento en julio.
Datos del Instituto Nacional de Información de Desarrollo (Inide), indican que hasta julio de este año el costo de la canasta básica se situaba en 20,549.67 córdobas, por debajo de los 21,019.41 córdobas que se costaba en igual mes del año pasado. Eso ha implicado, según datos oficiales, un abaratamiento de 470 córdobas en el periodo mencionado.
Los resultados de la encuesta se obtuvieron con base en entrevistas realizadas en julio pasado a través de llamadas directas por WhatsApp/Signal, en las cuales cada entrevistado completó un formulario de Google. Las consultas, la cuales contenían 45 preguntas, se realizaron a 400 personas, diez por cada uno de los municipios de Nicaragua.
«La mayoría de los encuestados percibe ingresos mínimos que resultan insuficientes para cubrir sus necesidades básicas mensuales. El incremento en la cantidad de personas en desempleo reflejado en esta consulta refleja un deterioro en su capacidad económica. En este sentido, el 77.25 por ciento de los consultados afirmó que sus ingresos no les permiten cubrir sus gastos mensuales y cotidianos, mientras que solo el 22.75 por ciento respondió que sí», indica el reporte.
En otras palabras, los nicaragüenses afrontan dificultad para adquirir alimentos, pagar servicios públicos y costear artículos de primera necesidad. Los bajos salarios no permiten a las personas cubrir sus propios gastos ni los de sus familias, advierte Hagamos Democracia.
«La calidad de vida de los ciudadanos se ha deteriorado, y el incremento en el desempleo y la informalidad según los resultados reflejados en las últimas encuestas representa una disminución significativa en la capacidad de cubrir las necesidades básicas mensuales de esta muestra», agrega.
Los nicaragüenses están afrontando la carestía de la vida con empleos precarios, debido a que el 66 por ciento no tiene un trabajo formal.
Los alimentos que más han subido
Pero ¿cuáles son los alimentos que los nicaragüenses sienten que han perdido capacidad para llevarlos a la mesa? Entre los productos que han registrado los mayores aumentos de precio, la carne es el más mencionado por los encuestados, con un 86.75 por ciento.
En segundo lugar, el 75.25 por ciento señaló los frijoles, seguido del aceite (67.75 por ciento), el queso (64.50 por ciento), la tortilla (42.25 por ciento) y, finalmente, el jabón y detergente (42 por ciento). «Estos datos reflejan la percepción generalizada de que los alimentos de consumo diario como el queso, los frijoles y las proteínas, son cada vez más inaccesibles, lo que afecta la seguridad alimentaria y el bienestar de la población», advierte Hagamos Democracia.
También los hogares se quejan por las alzas en otros alimentos como arroz, harina, ropa, calzado, azúcar, frutas, verduras, maíz, lácteos, medicinas, artículos de higiene personal y los útiles escolares.
«Es importante destacar que el encarecimiento de estos productos sigue una tendencia al alza sin que haya un incremento proporcional en los ingresos y salarios de los trabajadores nicaragüenses. Esta situación agrava la precariedad económica de las familias y dificulta aún más su acceso a bienes y servicios esenciales», indica el organismo en su informe.
«La gran mayoría de la población no puede adquirir la totalidad de los productos que componen la canasta básica, independientemente de si tienen empleo formal o trabajan por cuenta propia. Esto evidencia la insuficiencia de los salarios, la precariedad laboral y la brecha existente entre los ingresos de los trabajadores y el costo de los bienes esenciales», agrega.
Un alto porcentaje de la población nicaragüense vive en condiciones de vulnerabilidad y marginación, sin acceso a los productos básicos necesarios para una vida digna. Además, estos datos refuerzan la evidencia de la precarización laboral en Nicaragua y su vínculo directo con la creciente migración de ciudadanos en busca de mejores oportunidades, indica.