100% Noticias 04/09/2025

La reciente gira de Laureano Ortega Murillo, hijo de la pareja dictatorial de Nicaragua, en Pekín, ha generado una oleada de reacciones internacionales. La visita coincidió con una cumbre de alto perfil que reunió a líderes de China, Rusia, Corea del Norte, Bielorrusia e Irán, evento que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, calificó como una “conspiración” contra su país.

La codictadora Rosario Murillo confirmó la participación de su hijo en este encuentro con líderes autoritarios.

“Han podido saludar al presidente Xi Jinping y a otros dignatarios participantes, al presidente Putin, al presidente Kim Jong-un, al presidente Lukashenko de Belarús, al presidente Pezeshkian de Irán, entre otros, transmitiendo como siempre los fraternales saludos del pueblo nicaragüense”, declaró Murillo este miércoles.

En respuesta, Trump sugirió que el desfile militar en Pekín fue diseñado para enviar un mensaje directo a Washington, acusando a los participantes de “conspirar contra EE.UU.”. Aunque no mencionó expresamente a Nicaragua, analistas coinciden en que la presencia de Laureano Ortega coloca al régimen en este “eje autoritario”.

El líder chino, Xi Jinping, e invitados, entre ellos el presidente ruso, Vladímir Putin, y el líder norcoreano, Kim Jong-un, llegaron a la Puerta de Tiananmén para un desfile militar en Pekín. El evento, celebrado el miércoles, conmemora el 80.º aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial. Captura de video. 

Críticas de la oposición y analistas

El activista político Álex Aguirre consideró que la participación de Laureano Ortega fue más que simbólica.

“Lo que vimos en Pekín no fue solo un desfile militar, fue una puesta en escena de poder, de alianzas y mensajes geopolíticos. Laureano Ortega Murillo se alineó públicamente con los líderes de China, Rusia y Corea del Norte, no como observador, sino como parte del bloque. Trump está diciendo que ve a Nicaragua como parte de un eje que desafía a Occidente, y eso tiene consecuencias diplomáticas, económicas y estratégicas”, advirtió Aguirre.

El analista político Eliseo Núñez coincidió en que Nicaragua se acerca cada vez más al bloque autoritario.

Nicaragua se está alineando con países que no piensan en la libertad, la libre expresión ni la libertad de prensa. Son regímenes que tienen a su población subyugada. No sorprende que la dictadura forme parte de este conjunto de países cuyo eje común es Pekín y Moscú”, explicó Núñez.

Rechazo desde el ámbito de derechos humanos

Por su parte, la defensora de derechos humanos María Haydeé Castillo cuestionó la legitimidad de la gira de Laureano Ortega y sus repercusiones para el país.

Daniel Ortega no aparece en ningún barrio de Managua ni en el interior del país. Nicaragua está aislada política y diplomáticamente. Laureano no ha sido electo por el pueblo para contraer compromisos que terminaremos pagando todos. Cada movimiento del régimen busca el lucro personal y familiar, sin importar las consecuencias para la nación”, denunció Castillo.

La participación del régimen de Nicaragua  Nicaragua en este tipo de foros refuerza su alineación con gobiernos cuestionados por violaciones a los derechos humanos, lo que aumenta su aislamiento regional y global. La percepción de Estados Unidos y de la comunidad internacional podría traducirse en nuevas tensiones diplomáticas y sanciones económicas contra el régimen Ortega-Murillo.